lunes, 7 de marzo de 2016

Ford Mustang GT fastback 390 V8 'S' de 1968

De todo el mundo es sabido la pasión que profesaba Steve McQueen por el mundo del motor, ya sea en dos o cuatro ruedas. No es extraño por ello que esta película al más puro estilo serie negra, gire en gran parte en torno a la acción generada por las persecuciones al volante.
Para rodar las escenas que han hecho famosa a Bullit, se utilizaron dos Ford Mustang GT 390 Fastback, el de Bullit, y dos Dodge Charger R/T 440, utilizados por los malos. Para las escenas más dificilillas, McQueen llamó a su amigo expiloto de motos Bill Hickman, que le había doblado en los saltos cuando se escapaba de los nazis en 'La gran evasión' (John Sturges-1963). Pero la mayoría de las derrapadas y escenas de persecución, como en la que se mete debajo de las ruedas de un avión en el aeropuerto de San Francisco, las rodó él mismo como consumado piloto que era.
Hasta aquí todo parece estar en orden, pero para los más observadores, al ver el Ford Mustang dando tumbos de acá para allá, saltará a la vista que le falta en su calandra delantera y en su parte posterior el caballo salvaje galopante que da nombre al modelo. La razón fue una decisión del propio Steve McQueen que era además del protagonista, productor de la película. Le sentó muy mal que él se jugara los cuartos y que Ford no quisiese ceder sus vehículos ni invertir en un proyecto donde uno de sus modelos iba a quedar inmortalizado para los restos.
Así que ni corto ni perezoso, les quitó a las dos unidades utilizadas en rodaje cualquier distintivo que los identificara para no hacerle a Ford todavía más publicidad gratuita. Y no es que no le gustara el deportivo de Ford y su V8 con 320 caballos de potencia, se lo pasó como un enano durante las tres semanas que duró el rodaje de una de las persecuciones más famosas de la historia, derrapando y saltando a más de 200 kilómetros por hora. En una de las innumerables tomas, se quedó sin frenos persiguiendo al Dodge Charger pilotado por su amigo Bill Hickman, pegándose un buen susto pero haciéndose finalmente con el Mustang desbocado.